Ni le dieron gracias

Como ilustración, te pido que pienses en esto. Un día me levanto, me pongo las zapatillas y camino hacia la entrada de mi casa. Abro la puerta, y lo primero que veo es una cesta llena de comida en el suelo. ¡Qué bien!, ¿verdad? Entonces imagina que digo: «Esta cesta, de alguna forma, ha llegado aquí sola. No la ha traído nadie. No le debo las gracias a nadie.» Entonces me agacho y, sin pensar nada más, tomo la cesta y entro en casa. La comida es buena: me alimenta y está rica. Pronto me lo como todo. Al día siguiente, me levanto y hago lo mismo: abro la puerta de casa y me encuentro otra cesta con comida. De nuevo pienso: «Esto no me lo ha traído nadie. Está aquí sin más». Es como si dijera: «Esto viene de nadie para mí». Y me pasa cada día: todos los días de mi vida. Y nunca me pregunto quién trae las cestas; ni siento la necesidad de encontrar a esa persona benefactora (que me hace tanto bien), ni de darle las gracias.

Entonces imagina que un vecino, que ve lo que me pasa cada día, me dice: «Oye, seguro que alguien te trae las cestas cada mañana. De verdad que eso es seguro: alguien tiene que ser el que te las trae.» Y añade: «¿Pero no vas a darle las gracias?» Yo lo miro y respondo: «No, porque no lo conozco. Así que no existe«. Mi vecino responde: «¿Pero qué dices? Algo sabes de él, ¿no? Después de tantos días, seguro que sabes que es alguien bueno, que es alguien con dinero, y que es alguien que está interesado en hacerte bien, aunque tú incluso niegues su existencia… ¿no? Entonces, algo conoces de él, ¿no? Aunque no lo hayas visto, un poco lo conoces: mínimamente lo conoces por sus hechos. ¿Vas a negar que existe? Por poco que puedas, pregunta por tu benefactor, búscalo y dale las gracias. ¡Y qué bueno sería llegar a verlo! ¡Es que vives gracias a él!».

Creo que puedes ver a dónde voy con la ilustración, ¿verdad? Te pregunto: ¿quién es mi benefactor y tu benefactor? ¿A quién debo darle las gracias? Mira el cielo, y el sol. Mira la tierra, las hortalizas, los árboles frutales; y la materia prima con la que fabricamos tantas cosas. Mira a tu cuerpo: los ojos, las manos que tienes gratuitamente, los dedos que tienes sin haber trabajado para conseguirlos. Las fuerzas que todavía te quedan. El aire que no se acaba. Todo lo bueno que tienes o has tenido… Todo ello —de verdad: todo— viene y ha venido de Dios. Él no solo es tu Creador: es también tu sustentador (el que te sustenta, te mantiene) y tu benefactor (el que te beneficia). No sé si puedes pensarlo… ¿Puedes reflexionar sobre ello?

En la Biblia, hay un texto (Romanos 1: 21) que habla de lo que son los seres humanos que niegan a Dios, que son desagradecidos. El texto dice: «Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias».

Por favor, ¿puedo pedirte que reflexiones? Con lo que ya has vivido, y con la forma como Dios ya te ha beneficiado, ¿qué te queda por hacer ahora, sino buscar a Dios, darle las gracias, y ver qué quiere de ti alguien así? La Biblia nos dice que un día veremos a Dios. Habrá un «día final», y en ese día «todo ojo le verá» (Apocalipsis 1:7). Te lo digo en serio: tenemos que buscar a Dios.

¿Puedes unirte a mí en este deseo? Mi deseo (y le pido a Dios por ello) es que el número de personas que creen en ese Dios Creador y benefactor aumente. Sí. Y así se lo pido a Dios: «Mi Dios, te pido que haya más personas que reconozcan que te lo deben todo. Que haya más personas que te den las gracias; que reconozcan que te han ofendido por no darte las gracias. Y que reconozcan que te han fallado por no preguntarte (ya que son creación tuya, y se deben a su Creador) cómo quieres Tú que ellos vivan. Te pido que reconozcan que se han comportado muy mal. Que el número de personas que son así aumente, te lo pido. Y que busquen a Jesús…»

¿Por qué Jesús?

«Sí: que más personas busquen a Jesús como única forma de reconciliarse contigo, Dios, de pedirte que pases por alto su ofensa (su maldad) contra Ti, y castigues a Jesús en lugar de a ellos, según Tú les has ofrecido.»

Que así sea.

¿Tienes alguna pregunta? Por favor, escríbeme e intento ayudarte.

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